Es lo que tiene la cerámica, y la artesanía en general, las formas son libres y la estética se esconde y aparece sin esperarlo. Así surgió este collar a partir de una serie irregular sacada de una murrina de limones, que precisamente por esa irregularidad me pareció una combinación interesante.
Ahí os lo dejo. Piezas de arcilla polimérica de confección propia y cuentas de cristal, montadas sobre cuero negro.
¿Quién dice que hay que ser perfecto para ser resultón? |
1 comentarios:
Muy original!
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